En la actualidad los dibujos animados son una forma de expresión y de información ligera y agradable que por su fácil digestión impactan en la sociedad más vulnerable intelectualmente como son los niños y los jóvenes. En estos se incluyen ambientes que reflejan situaciones cuyo objetivo es que el lector interprete una situación, a tal grado que la recree y en extremo, se identifique con ella.
En la lectura del libro Para leer el pato Donald podemos darnos cuenta cómo es utilizada las caricaturas cómo un retrato en el que se deforman o exageran las sociedades actuales. Por un lado muestran la sociedad norteaméricana como la salvadora y redentora, que además de producir a gran escala utiliza la materia prima de los países en vía de desarrollo, para dar un buen uso de estos bienes que de otra forma se perderían en manos de salvajes que no los aprovecharían, le proporcionan a estas sociedades soluciones banales para enfrentar los problemas que los aquejan.
El autor nos da una interpretación de cómo ve Disney a los pueblos subdesarrollados, cómo niños que deben ser tratados como tales y reprendidos de la misma forma. Y es ahí donde entra la intervención de las historietas cuya función consiste en penetrar las estructuras mentales de sus lectores al entregar arquetipos e imaginarios sociales, en especial en los niños y jóvenes.
También podemos ver en la película Persépolis, la intensión de mostrar temas trascendentales que de ser mostrados en otro formato parecerían aún más fuertes y polémicos, cómo la guerra entre países, la crisis de identidad social y el enfrentamiento interno con las tradiciones religiosas.
La protagonista,Marjane, una niña iraní vive en un mundo cegado por la guerra de ideales en paises con fuertes determinaciones religiosas. Después se ve forzada a salir del país de origen porque su estadía representa peligro para su vida, viaja al mundo occidental donde tiene un choque cultural que hace confrontarse con los principios de su moralidad y la forma de vivir, además que se ve enfrentada a la soledad y a buscar la aceptación en una nueva comunidad social .
Vemos en las historietas de Disney, y en el caso particular en la del pato Donald,cómo la identidad social se va conformando desde la función socializadora de los dibujos animados al emanar una serie de características que influyen en el desarrollo social, cultural y de la identidad de los sujetos al recibir sus influencias en sus consciencias por la emisión de productos visuales sobre entes sociales, funciones, conductas, etc. determinado el actuar de los actores sociales en una realidad social más próxima o lejana, sin embargo siempre sus elementos perduran por los imaginarios sociales creados.
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